Reflexiones sobre la vida y el ocaso en Cien cuyes
Reseña realizada por Alexa Mantilla y Anjelly Alayo
Collage de fotos de las autoras de la reseña y la obra Cien cuyes
Gustavo Rodriguez Vela, es un escritor y comunicador peruano, nacido en Lima - Perú el 2 de mayo de 1968. Desde su niñez, hay registros del don que tenía para la escritura; sin embargo, Rodríguez decidió estudiar la carrera de publicidad, en la cual obtuvo múltiples distinciones; pero, decidió abandonar este rumbo y dedicarse a tiempo completo como escritor. Actualmente dirige una consultora de comunicación y es editor de un portal de opinión llamado Jugo de Caigua; además, creó su propio podcast Machista con hijas.
En sus producciones literarias, el autor presenta novelas como La furia de Aquiles, La risa de tu madre y La semana tiene siete mujeres. También ha escrito cuentos y libros juveniles tales sean Cuentos de fin de semana, Trece mentiras cortas y República de la papaya. En el ámbito de artículos periodísticos tuvo bastante apogeo con sus escritos Traducciones peruanas: Nuestras grandezas y torpezas vistas por un comunicador y Mi velorio. Su novela más exitosa fue Cien Cuyes con la cual logró ganar el premio Alfaguara 2023 y un mayor reconocimiento a nivel internacional.
Este ejemplar narra la historia de Eufrasia Vela, quien trabaja como asistente social de ancianos, lo que tenían en común este grupo de adultos mayores era su deseo de fallecer de una manera decente y que esta decisión se respete. Esto logra un replanteamiento en la visión de la protagonista acerca de la longevidad, la compasión por las personas adultas y su papel como madre y hermana. Ella lucha por cumplir los últimos deseos de estos ancianos, llegando hasta a asuntos legales. El desenlace es justo con sus personajes, pues los ancianos logran mitigar la soledad y el deseo por morir; y Eufrasia vuelve a su pueblo a pasar tiempo con sus seres queridos.
La técnica narrativa que el escritor usa es polifónica, con diálogos de estilo directo, vasos comunicantes y un narrador omnisciente. Además, a pesar de los temas serios, Rodríguez incorpora humor y sátira para suavizar el tono y hacer críticas sociales más accesibles. El lenguaje coloquial facilita la conexión con los personajes, mientras que los flashbacks enriquecen la narrativa al explorar el pasado de ellos. Asimismo, las descripciones vívidas y detalladas ayudan a sumergir al lector en la historia; y el simbolismo, como el uso de los cuyes, profundiza en los temas de vulnerabilidad y sacrificio.
Lo más destacable de este libro es la motivación del literato, pues esta nació a raíz de la pérdida de sus seres queridos durante la pandemia el COVID-19 y el fallecimiento de su suegro, quien fue una figura muy significativa en su vida, para tomar inspiración y darle vida al entrañable Dr Harrison. Por esta razón decide presentar como problemáticas principales a la vejez, la soledad en esta etapa y el derecho a una muerte digna.
En esa misma línea, a través de su novela Cien Cuyes, Gustavo Rodriguez nos presenta distintas conversaciones controversiales a través de sus personajes principales, que pertenecen a la condición de poblaciones vulnerables, que en su día a día luchan contra la soledad y la innegable indiferencia de nuestra sociedad actual. En cada uno de sus párrafos, Rodriguez Vela busca crear una perspectiva más madura a sus lectores sobre la lucha de los ancianos por una muerte digna y que este deseo sea respetado. Al respecto, en la obra se menciona lo siguiente:
“—Deberíamos hablar de la muerte con la misma naturalidad con que hablamos del nacimiento. ¿Te has dado cuenta de cómo nos inventamos maneras de no nombrarla? «Fulano ya no está con nosotros». «Pasó a otro plano». «Trascendió».«Ahora duerme el sueño de los justos». ¡Murió, carajo! Así como dijimos que Fulano se orinó, que se cagó, que vomitó, que transpiró.” (2023, p. 49)
En el fragmento anterior, el Dr. Jack expone una visión realista y directa sobre la muerte, destacando cómo el uso de eufemismos en la sociedad peruana evita enfrentar este tema, lo que impide la madurez y aceptación del duelo, como menciona Neimeyer (2002) en su libro sobre el tema “Después de sufrir una pérdida, hay ciertas tareas que se deben realizar para restablecer el equilibrio y para completar el proceso de duelo.” Si esta evasión persiste, puede causar enfermedades físicas y psicológicas por la inestabilidad emocional que genera la pérdida de un ser querido. Jack argumenta que aceptar la muerte con madurez es esencial para el bienestar emocional, ya que prepara a las personas para manejar el duelo de manera más saludable, evitando complicaciones emocionales como la depresión y la ansiedad. ¿Podríamos catalogar a Jack como un insensible a la muerte o tomar en cuenta su enfoque racional que busca minimizar el sufrimiento mental, la cual sugiere que una perspectiva lógica puede ayudar a sobrellevar el dolor de la pérdida de manera más efectiva?
Sin embargo, esta no es la única conversación de la novela que logra una reflexión sobre la vejez, procederemos a demostrarle ello con esta cita:
“ —Gracias– se lo hizo saber.—¿De qué, doctor?—Envejecer es tener cada vez menos conversaciones–explicó–. Y hoy ha sido un buen día.” (2023, p. 58)
Observamos que se destaca una conversación entre el Dr. Jack y Eufrasia, donde el anciano agradece a su cuidadora por su atención y compañía, algo que contrasta con la imagen idealizada de la vejez como una etapa rodeada de una familia numerosa y afectuosa. La realidad, sin embargo, puede ser tan cruel como un árbol en otoño, despojado de sus hojas, cuando los hijos olvidan a sus padres y los nietos prefieren la tecnología a la compañía de sus abuelos. Esta pérdida de interacción social es comparable a un jardín sin flores, aumentando la sensación de soledad y afectando la salud física y mental de los ancianos. Jack nos recuerda nuestra indiferencia hacia los mayores, negándoles la oportunidad de compartir sus experiencias. Es por ello que Villavicencio (2013) nos exhorta a formar parte del cambio para promover una perspectiva positiva a los adultos mayores en la transición de estas etapas “Se requiere de propiciar un cambio cultural que valore esta etapa de vida y en consecuencia se proporcione un trato digno y especializado al adulto mayor, con lo que se podría lograr el disfrutar de esta última etapa de vida.” Es crucial mostrar empatía y reconocer que, aunque no puedan revivir momentos felices del pasado, aún pueden compartir su alegría. ¿No creen que si desarrollamos conversaciones llenas de cariño y validamos sus experiencias mediante la escucha activa, lograremos disminuir la soledad que habita en sus corazones y, a su vez, seremos capaces de aprender valiosas lecciones sobre la vida que aún son desconocidas?
En síntesis, esta producción literaria busca crear conciencia en sus lectores sobre el derecho a una muerte digna y empatizar con los adultos mayores que están pasando por la etapa de la vejez. Por este motivo recomendaría esta novela, que a pesar de tener 264 páginas, puede leerse de una manera ligera y rápida. Además, toma como protagonistas a una olvidada población vulnerable del Perú: los ancianos. Asimismo, nos exhorta a pensar en el trato que le brindamos a los adultos mayores que nos rodean; también a nuestros padres, quienes en algunos años llegarán a esa etapa. Así que, indudablemente, estamos en el deber de cumplir con la tarea de concientizarnos para poder eliminar poco a poco esta indiferencia hacía el adulto mayor que tanto se remarca en nuestra frígida sociedad actual.
Referencias bibliográficas:
Neimeyer, R. A., & Ramírez, Y. G. (2002). Aprender de la pérdida: una guía para afrontar el duelo. Barcelona: Paidós.
Rodríguez, G. (2023) Cien Cuyes. Alfaguara
Villavicencio, M., Rodríguez, C., González, M. & Ávila, M. C. (2013). Salud mental y calidad de vida en adultos mayores. Uaricha, Revista de Psicología, 10(21), 1-13.
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